
Practicar el perdón cuando eres cuidador
Hay personas que esto de perdonar no se lo permiten y les acompañan a veces unas resistencias que ni ellas mismas saben de donde les pueda venir, pero se niegan rotundamente a perdonar.
A cuántas familias les ha costado años reconocer, que esto les está afectando física y emocionalmente en sus vidas.
Bien por parte de la pareja.
Bien por parte de un hermano.
Bien por parte de un amigo.
Bien por parte de la familia.
Bien por parte de un hijo.
Te has parado a pensar cómo puede cambiar tu vida si tomas acción. Solo con dar ese primer paso, pueden surgir cosas maravillosas y mágicas.
Mi experiencia
En la diversidad/dependencia cuando te toca de lleno puede ser uno de los casos a los cuales, deberías de mirar. Siempre y cuando esto a ti te afecte y no lo tengas resuelto. Yo, no lo sé. Tú sabes mejor que yo, si esto lo tienes pendiente y aún no te lo has planteado.
Con las familias es algo que compruebo mucho en consulta e incluso en los encuentros, cuando hablo por privado con ellos, se repite. Se quedan cosas sin resolver porque nadie da su brazo a torcer, veo muchas resistencias.
Y yo digo, que la pérdida de tiempo es más grande. Esto es solo mi opinión, porque yo también estuve ahí un tiempo. Por ejemplo:
Te contare, hace unos años, recuerdo que me costaba horrores pedir perdón. Y sabes porque no lo hacía, por miedo a que no me lo aceptarán o bien por evitar volver al tema en cuestión. La mayoría de las veces cuando vivía un momento puntual «de discusión» me bloqueaba y luego no sabía en dónde había metido la pata.
En aquellos momentos de mi vida, vivía muy manipulada emocionalmente, mi autoestima estaba mal, era una persona muy insegura y las circunstancias que experimentaba no daban pie a que yo pidiera perdón, vivía en el miedo.
No estaba nada trabajada emocionalmente, con lo cual aunque me reprocharan el no haber pedido perdón, seguía sin pedirlo, por miedo al resultado (miedo a que no se me aceptara).
Existen muchas circunstancias en la vida que te pueden frenar a dar ese paso, «el perdón». Creo que mi ego, también se escondía detrás de esa respuesta negativa y que no me lo aceptarán. Si lo piensas bien, son excusas que te vas contando, porque te cuesta dar tu brazo a torcer, crees que la razón es tuya y si no, pues, ¡ya se enfriará el tema y pasará al olvido!.
La cosa no va por ahí, hay que aprender a llevar el día a día lo más saludable emocionalmente hablando, comprender que lo que se va dejando sin tratar va llenando tu mochila de piedras (sin solucionar), que aunque pienses que eso no afecta inconscientemente van sumando en ti.
Dar las cosas por solucionadas sin acción, eso no te aporta nada, todo lo contrario.
Pasos y ejemplos para practicar el perdón cuando eres cuidador:
1.- Toma una libreta o una hoja y escribe, expresa ahí todo lo que necesites sobre ese acontecimiento, anota todo lo que tengas dentro, explícate, sepárate de la situación y refleja desde el principio hasta el final todo ese momento, míralo desde ambos lados. Intenta comprender desde dónde lo ve la otra parte. Y pide perdón, perdónate a ti mismo.
2.- Otra manera, si de verdad, lo has asumido bien y deseas dar el paso, es verlo desde un lenguaje asertivo, ese es ideal, a mi me encanta, porque con muy buenas palabras siempre desde la paz, y la tranquilidad, saber expresar tu error y recapacitar sobre esa situación.
3.- Luego, trabajar la aceptación, cada persona ve la vida desde su percepción y hasta ese momento con la información que tiene, todo es correcto. Aceptar y respetar los tiempos de cada uno.
Descubre la paz que se respira, la liberación que sientes, no sólo por la otra persona, si no por ti mismo. Te insto, a mirar, mirar más allá.

¿Qué asignaturas tienes pendientes?
Haz una pequeña reflexión, y ve liberando a través de la escritura, puedes enviarselo a la otra parte o quemarlo. También puedes decírselo en persona, por teléfono, será un gran paso. ¡Tu vida cambiará, te lo aseguró!
Sólo tienes que creer en ti, y experimentar qué sucede. Yo, ya lo descubrí en su momento. Descubrí la paz que se respira, te das cuenta que a quién más daño haces es a ti mismo. Perdónate por todo lo que te haces cada día y no eres consciente de ello.
Estar presente, aquí y ahora, saber que el otro, eres tú, y no le deseas el mal y menos para ti. El otro es la proyección de ti mismo. Es tu gran maestro, mira que te trae ese mensaje. Qué tienes que aprender de esa experiencia.
¡Muy bien! si es tu caso, algo está pendiente, y los ejemplos expuestos vibran contigo, ponte manos a la obra. Ya me contarás cómo ha ido la experiencia.
Por contra, si necesitas luz en tu camino, podemos hablar y acompañarte a deshacer ese y otros obstáculos que estén bloqueando tu día a día. ¡Ya me contarás como te ha ido! Pide una sesión gratis o contacta conmigo.
Si aún no lo has hecho te recuerdo, suscríbete a nuestro canal de YouTube, el material que vamos subiendo, es especialmente para los cuidadores, aprendamos unos de otros y compartamos vivencias para seguir creciendo. Sólo tienes que poner «Familias con Alma».
Yo estaré aquí para apoyarte, te deseo una feliz semana.
¡Abrazo de luz a tu corazón!

